miércoles, 14 de enero de 2015

La punta de la lanza

En una estival noche de Halloween -si se me permite el anglicismo- , cuando el equipo terminaba de agotar la paciencia de una hinchada renovada tras la victoria ante el Valencia, Hélder Postiga anotaba con su pierna derecha un gol que acortaba distancias en el marcador ante un Getafe que sin hacer un partido brillante maniató al conjunto de Víctor Fernández, que en ningún momento supo a qué se estaba jugando aquella noche. Puede parecer una eternidad si volvemos la mirada hacia atrás y nos cercioramos de que fue allá por el mes de octubre. De ese día data el último gol de un delantero del Dépor en Liga. Podemos entrar en vicisitudes como por ejemplo si Cavaleiro está considerado delantero o no; o que Toché y Postiga anotaron más recientemente. Eso sí, en Copa.



Lo cierto es que el Deportivo no está haciendo gala de un derroche goleador durante esta temporada. El público se encomienda a la calidad de una segunda línea que está teniendo de todo menos buena suerte. Una segunda línea caracterizada por el talento y las lesiones, casi a partes iguales. La importancia de este tipo de jugadores en la faceta goleadora se refleja perfectamente en el partido ante el Elche, donde Luis Fariña, sin estar especialmente participativo, decantó la balanza a favor de los locales. Es por eso que, con la plaga de bajas que está sufriendo en esa posición el conjunto gallego, los atacantes puros deben dar un paso adelante.

Y es que la llegada de Oriol Riera puede aportar ese punto necesario de competitividad. Si hay algo seguro es que Víctor Fernández está abierto a las críticas. Lo demostró sentando al luso y dándole una oportunidad a Toché, cuando la afición clamaba al cielo. Al murciano se le podrá achacar su cifra goleadora (2 goles en Liga, 1 en Copa) pero nadie le podrá negar su sacrificio y su entrega. Además, tiene el peculiar honor de ser el único jugador blanquiazul en haber anotado un gol de cabeza esta temporada.

Con Hélder Postiga fuera de juego por su reciente intervención, la titularidad será un mano a mano entre Toché y el ex delantero del Wigan. Ambos son delanteros de condiciones similares: corpulentos, adalides en el juego aéreo y dados a caer a banda para oxigenar el juego del equipo. Esto provoca que no haya alternativas dependiendo del rival. Lo que hay es lo que hay. Pero a buen seguro, aunque ninguno de ellos pueda competir entre las tablas de máximos goleadores, fabricarán y anotarán tantos para el Dépor. Goles tan importantes como el anterior y el siguiente. Goles que acercarán al conjunto herculino a la permanencia en la Liga BBVA.

(Foto: Patricia Asensio|SomosDépor)

La vida paralela de Isaac Cuenca

El futbolista tarraconense está disfrutando de un gran número de minutos en parte gracias a la lesión de Luis Fariña. Este fin de semana recibirá la visita del que fue su club, el F.C.Barcelona.



La carrera futbolística de Isaac Cuenca es una de esas de tantas tan meteóricas y fulgurantes al principio y tan caracterizada por los altibajos posteriormente que parece que es un veterano del que llevamos oyendo hablar toda la vida. Lo cierto es que Cuenca tiene -solo- 23 años. En elDeportivo de la Coruña busca, una vez más, esa continuidad que le ha sido esquiva a lo largo de las pocas temporadas desde que dio el salto al plantel profesional.

Este finde semana, en Riazor, cuando Dépor y Barça se vean las caras,Cuenca se enfrentará por primera vez a los que pudieron ser sus compañeros. Pudieron pero no lo son, en parte debido a las decisiones deLuis Enrique que por dos veces le cerró las puertas. Por ello, el habilidoso extremo del Deportivo tendrá una doble oportunidad para redimirse:primero, ante su afición que espera con ansiedad su mejor versión; y segundo, ante el club que le dio la alternativa para después olvidarlo.

Volver a los inicios para reinventarse

El deportivismo aguanta la respiración cada vez que el esférico llega a los pies del futbolista catalán, ansioso porque pase algo. Quizá esa expectación está pesando demasiado al jugador, del que se sigue esperando que destape el tarro de las ensencias. Parte de esa magia demostrada en la Nova Creu Altadefendiendo la camiseta arlequinada del Sabadell, cuando la gente se preguntaba de dónde había salido ese diamante en bruto. Esa perla que tuvo gran parte de culpa del ascenso a Segunda División del conjunto catalán en aquel inolvidable playoff ante el hoy célebre Éibar.

Entonces, el joven Cuenca ya se había llevado el primer portazo de Luis Enrique, que no lo quiso en su plantilla cuando dirigía al Barça B. Tornó su suerte después de aquel ascenso con el Sabadell ya que, para tragedia de los afecionados arlequinados, el futbolista decidió volver a probar suerte en el Barça. Esta vez decidió no tocar a la puerta y preguntar, sino echarla abajo directamente. De la mano de Pep Guardiola impresionó a propios y a extraños en el primer equipo antes de ser cedido al Ajax de Amsterdam. Una lesión de rodilla en tierras holandesas lo cambiaría todo.

"Siempre elige mal"

La frase más oída en el entorno deportivista cuando se habla de Isaac Cuenca. Nadie le puede negar su sacrificio. A sabiendas de que no está rindiendo todo lo que debería -o lo que suponemos que debería- el tarraconense se está desfondando en la presión en la salida de balón del rival y en tareas defensivas, a las que nunca ha estado muy acostumbrado. Después de ir perdiendo protagonismo poco a poco, se ha vuelto a hacer con la titularidad, en parte gracias a la lesión de Luis Fariña. Sea como fuere, está poniendo todo de su parte para congraciarse con su afición. 

Para ello, debe empezar a demostrar que puede estar a la altura de esas expectativas que tanto se le achacan. Presumiblemente será de la partida el domingo ante el F.C.Barcelona y seguramente no habrá nadie en el césped con más ganas de reivindicarse que él. Isaac Cuenca se medirá por primera vez al conjunto blaugrana y ese momento debe suponer un punto de inflexión en las páginas que el catalán está escribiendo como futbolista del Deportivo de la Coruña.

(Foto: LFP.es)
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