miércoles, 26 de marzo de 2014

Adolfo Suárez, el adiós de un deportivista

El pasado domingo falleció Adolfo Suárez, primer presidente de la democracia, líder de la Transición y abulense. Por desgracia, sus últimos años de vida se vieron lastrados por el alzheimer, una enfermedad cerebral que le privó de comprobar como su figura se engrandecía a la vez que su memoria menguaba. El expresidente del Gobierno español era también deportivista.

Solo una figura de la entereza moral de Adolfo Suárez ha podido lograr reunir a políticos de todas las ideologías en su último adiós. No quisieron faltar a la despedida los expresidentes del Gobierno: Felipe González, el cual agachaba la cabeza al paso del ataúd en señal de luto y profundo respeto, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Incluso Artur Mas no ha querido perderse un evento que se antoja decisivo para la historia de nuestro país, ya que con la muerte del Duque se cierra uno de los episodios más fructíferos de España.
La relación del Padre de la Democracia con el Deportivo se fraguó en aquellos períodos estivales en los que el abulés veraneaba en La Coruña, lugar de procedencia de su padre y sus abuelos. En esa época se forjó un vínculo indestructible. Adolfo Suárez llegó incluso a presentarse a una prueba con el club gallego, en 1949 cuando era juvenil. El 6 de marzo de 2002, acudió al estadio Santiago Bernabéu, donde el Deportivo de la Coruña y el Real Madrid jugarían la final de la Copa del Rey, con el desenlace que todos conocemos.
Una imagen para la posteridad. De aquel partido todos tenemos grabada la imagen del capitán Fran recogiendo la Copa, aquella copa del ‘Centenario’, de manos de don Juan Carlos I. Al fondo, un Adolfo Suárez radiante, feliz, ensimismado, observando como el club por el que sentía una simpatía muy especial hacía historia. A posteriori, el expresidente del gobierno sería nombrado con todos los honores socio número 30.000 de la entidad herculina. Hecho que no pasa desapercibido para todos aquellos que decimos adiós al hombre que llevó a cabo una de las empresas más trascendentales en la historia reciente de nuestro país, el presidente que instauró la democracia tras una dictadura. Ese hombre se lleva con él un trocito de sentimiento deportivista. Descanse en paz.

(foto: La Opinión A Coruña)

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